Se acercó al espejo con
cuidado, levantó la mano para acariciar el rostro que veía en él. Los ojos
rojos a causa del llanto, ojeras de cansancio, mejillas sonrojadas y labios
cortados.
- Cada paso que hago es para acercarme más al precipicio.
Durante unos segundos se hizo el silencio, y luego cubrió aquella imagen con una tela de seda. Le dolía ver ese reflejo que tanto daño había causado. Cuánta sangre derramada en su nombre, cuántos hombres caídos en batalla solo para defender un nombre del pasado.
Mientras unos perdían la vida, ella se encontraba encerrada, a salvo decían. ¿Debía permitirlo? Era posible que acabar con su existencia significará el fin de aquella guerra, pero dudaba entonces pues los hombres siempre encuentran algún motivo por el cual dañar al igual.
No le estaba permitido salir de la torre, por lo que sencillamente se acercó a la ventana, por donde llegaban mensajes constantemente del frente para informar de la situación. Pronto llegaría otra ave. El número de bajas, la siguiente estrategia, nuevos reclutas... todo anotado para que la reina estuviera informada. Si al menos tuviera la llave para salir de ahí e ir con los suyos aunque fuera tan solo a brindarles esperanzas, palabras de apoyo... pero el Rey no lo permitiría nunca.
- Cada paso que hago es para acercarme más al precipicio.
Durante unos segundos se hizo el silencio, y luego cubrió aquella imagen con una tela de seda. Le dolía ver ese reflejo que tanto daño había causado. Cuánta sangre derramada en su nombre, cuántos hombres caídos en batalla solo para defender un nombre del pasado.
Mientras unos perdían la vida, ella se encontraba encerrada, a salvo decían. ¿Debía permitirlo? Era posible que acabar con su existencia significará el fin de aquella guerra, pero dudaba entonces pues los hombres siempre encuentran algún motivo por el cual dañar al igual.
No le estaba permitido salir de la torre, por lo que sencillamente se acercó a la ventana, por donde llegaban mensajes constantemente del frente para informar de la situación. Pronto llegaría otra ave. El número de bajas, la siguiente estrategia, nuevos reclutas... todo anotado para que la reina estuviera informada. Si al menos tuviera la llave para salir de ahí e ir con los suyos aunque fuera tan solo a brindarles esperanzas, palabras de apoyo... pero el Rey no lo permitiría nunca.
Miró al horizonte y
entonces vio la pequeña silueta que tanto estaba esperando, ahí llegaban
aquellas noticias cargadas de sangre. Las había estado esperando durante
semanas, había llegado a pensar que todos habían perecido en el frente.